La Facultad de “Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación” de la Universidad de Cuenca, cuenta con uno de los edificios más antiguos de la institución. Tiene dos plantas y cuenta con tres baños, en la planta baja, dos de mujeres y uno de hombres y un baño de mujeres en la planta superior.
La adecuación y aseo de los baños es una de las permanentes
preocupaciones del alumnado, que en algún momento los ha utilizado tan solo por emergencia, puesto que el olor es insoportable a más de que los inodoros, lavamanos y espejos se encuentran en pésimo estado.
La mayoría de alumnos atribuyen este problema directamente a los conserjes como Cristóbal López, estudiante de Relaciones Públicas, quien expresa que toda la responsabilidad es de los
conserjes que no limpian todos los días, aunque también afirma: “es nuestra culpa, porque no cuidamos los baños”. Cristóbal como muchos estudiantes varones se encuentra inconforme con la exista de tan solo un baño para hombres y lo compara con los baños de la biblioteca recalcando que son el extremo contrario por su aseo y cuidado.
Santiago Yumbla, estudiante de Lengua Española, reclama el mejor
amiento del aseo y la adecuación de los baños “para que estén siquiera medio decentes”, especula que este problema se debe al bajo financiamiento por parte del Decanato, pues recalca que los baños de Jurisprudencia se mantienen en buen estado por la trabajo de su Decanato.
Dirigentes estudiantiles como Diego Vintimilla, Presidente de la Asociación Escuela de Humanidades, se basa en el “derecho a una condición digna” y al “servicio que merecemos”, para reclamar al área administrativa del Decanato por los recursos que hagan posible un plan de adecuación y cuidado, por lo tanto concluye en que “no hay responsabilidad política para cuidar los espacios universitarios”. Carlos Reyes, uno de los representantes de esta misma Asociación, afirma que la apertura por parte del Decanato es nula cuando se trata de impulsar campañas de concientización en pro de resolver este tipo de problemas.
El Decanato de la
Facultad responsabiliza al Departamento Financiero y al Departamento de Obras del Rectorado y argumentan no tener conocimiento del porcentaje que se destina al mantenimiento y reconstrucción de los baños.
Carlos Seas, conserje, asegura que la limpieza es nocturna y los turnos rotativos semanalmente entre 3 conserjes de los 4 en total de la facultad. “Los estudiantes mismo se orinan a lado, tanto hombres como mujeres”, explica que esta es la razón del mal olor permanente. Carlos, afirma que el problema no son los recursos, pues la universidad les facilita los insumos de limpieza y protección personal, aun que el único frasco por ciclo de “Ecolimpio” (detergente de baño) es de mala calidad y tan solo cuentan con 4 frascos de “Clorox” al ciclo. Otro conserje, Juan Puma, indica que el mal estado del los baños en gran parte se debe a que se han convertido en baños públicos a los cuales entran borrachos(as) de los bares que se encuentran junto a la universidad. Como medida preventiva los conserjes cierran los baños de 11 a 2 para evitar que a más de que ensucien los baños, no rompan las llaves y mangueras como lo han hecho en innumerables ocasiones.
Aunque el malestar causado por los baños sea insoportable, ni dirigentes estudiantiles, ni el área administrativa del Decanato o los Departamentos Financieros y de Obras a cargo de la Universidad, ni mucho menos los alumnos tomamos alguna acción determinante al respecto. Los estudiantes culpamos a los conserjes y a la mala administración de recursos económicos por parte de la Facultad, el Decanato afirma desconocer cifras económicas manejadas por el Rectorado y por último los conserjes devuelven la culpa a los alumnos y a los intrusos alcohólicos. En fin mientras todos sigamos echándonos la “pelotita” de la culpa, tendremos que seguir en condiciones insalubres y antigénicas en lo que a los baños respecta.